“El siglo XX será, no lo dudéis, el de la emancipación femenina […] Es imposible imaginar una mujer de los tiempos modernos que, como principio básico de individualidad, no aspire a la libertad”, pronosticaba Clara Campoamor en 1925, durante una conferencia ante la Academia de Jurisprudencia de Madrid. El cambio de mentalidad que se manifiesta en estas palabras no es sino producto de las contundentes transformaciones sociales y culturales que acontecieron durante el primer tercio del siglo XX en España. Transformaciones que modificaron la experiencia de vida del mundo urbano, dando lugar a un nuevo arquetipo femenino: la mujer moderna.
Si bien la modernización de España se desarrolló a un ritmo diferente al de otras potencias europeas, el ocaso del siglo XIX dio paso a una serie de cambios en los ámbitos económico, laboral, cultural y educativo, que transformaron la realidad de las mujeres de este momento, que acostumbra a pasarse por alto a la hora de abordar este periodo. Luis Enrique Otero Carvajal, catedrático de Historia Contemporánea, y Nuria Rodríguez Martín, profesora, ambos de la Universidad Complutense de Madrid, nos introducen toda esta serie de transformaciones a través de La mujer moderna. Sociedad urbana y transformación social en España, 1900-1936, publicada por Catarata.
Esta obra colectiva ha sido elaborada a través de la colaboración de diferentes grupos de investigación, participando en ella Rosa M.ª Capel Martínez, Mercedes Fernández-Paradas, Gloria Nielfa Cristobal, Elena Hernández Sandoica, Cristina Borderías, Marta del Moral Vargas, Ana Belén Gómez Fernández, Micaela Pattison, Santiago de Miguel Salanova, Sofia Rodríguez Serrador, Mònica Borrell-Cairol, Susana Serrano Abad, Josu Hernando Pérez , Nuria Rodríguez-Martín, José Miguel González Soriano y Tura Tusell, además de los ya citados editores Luis Enrique Otero Carvajal y Nuria Rodríguez Martín.
Así, este libro ofrece un análisis de distintos ámbitos de cambio que propiciaron el desarrollo del nuevo arquetipo femenino que fue la mujer moderna. Este contenido se encuentra organizado en cuatro bloques. El primero de ellos está dedicado al ámbito de la educación, en el cual se aborda el aumento de las tasas de alfabetización en España, especialmente las femeninas, así como el acceso de las mujeres a la educación superior universitaria y, a través de esta, al espacio público. En el siguiente bloque se analiza el incremento del protagonismo femenino en diversos mercados laborales. En las décadas de los años veinte y treinta se da una basculación de mano de obra femenina del servicio doméstico -que había sido el ámbito de trabajo mayoritario durante la segunda mitad del siglo XIX para las mujeres de la ciudad- hacia empleos vinculados a la administración, las comunicaciones telefónicas y el sector servicios. Asimismo, se ofrece un análisis que atiende a las diferencias regionales, analizándose los contextos y peculiaridades de los territorios de Barcelona, País Vasco y Andalucía.
El tercero de estos bloques de contenido se introduce en las formas y estilos de vida de las mujeres urbanas. Se analiza el impacto de las transformaciones del equipamiento del hogar que llevaron a un ahorro del esfuerzo físico y, a su vez, en un incremento de su tiempo libre. También se abordan los cambios en la estética de estos años, principalmente impulsados por las revistas, la publicidad y el cine, así como el nuevo modelo de modern girl que comenzó a arraigar en el país. El último bloque, que bien podría ser la consecuencia de los tres anteriores, se dedica a participación de las mujeres en la esfera pública en diferentes ámbitos. Se analiza su introducción en el mundo cultural, en la prensa y en los círculos intelectuales y artísticos. Asimismo, también se aborda su aparición en la acción política, junto con el surgimiento de los primeros movimientos feministas del país, finalizando con la figura de Clara Campoamor y su peso en el desarrollo de la Constitución de 1931, expresión de estos años de transformación.
El aumento en el índice de alfabetización femenino, al acceso a la universidad, la apertura de nuevos mercados laborales, las transformaciones en el estilo de vida y su introducción en diferentes espacios de la esfera pública transformó la realidad de las mujeres del mundo urbano del primer tercio del siglo XX, manifestándose en la aparición de un nuevo ideal de feminidad, la mujer moderna. El dinamismo, empleos de telefonista, taquígrafa o secretaria, la práctica del deporte, una estética particular y el acceso a la esfera política hicieron de este modelo el deseado por las jóvenes españolas de los años veinte y treinta, al menos, hasta el momento de casarse. Observando estas transformaciones no llama la atención el pronóstico -truncado en 1939- de Clara Campoamor para la centuria que amanecía: “El siglo XX será, no lo dudéis, el de la emancipación femenina […] Es imposible imaginar una mujer de los tiempos modernos que, como principio básico de individualidad, no aspire a la libertad”.
María Llinares Galustian