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Julio Sanz López | 1992. El año de España en el mundo | 2023

En enero de 2023, casi treinta y un años después del “Annus mirabilis” que supuso 1992 para España, ha salido a la luz la publicación “1992. El año de España en el mundo”. Se trata de una monografía de más de 300 páginas, publicada por la reconocida editorial Sílex, especializada en estudios históricos. La obra es la síntesis de una tesis doctoral iniciada en el año 2016 por el joven investigador de la Universidad Complutense de Madrid Julio Sanz López (Guadalajara, 1991).

Hasta el momento, el volumen de publicaciones posteriores y estudios definitivos referentes a los grandes acontecimientos organizados en nuestro país en el año 1992 (Juegos Olímpicos, Exposición Universal de Sevilla, Capitalidad europea de Madrid, etc.) era realmente escaso. Existen algunas tesis de principios de la década de los 2000 referentes a aspectos económicos o al campo de la comunicación sobre la Exposición Universal de Sevilla como las realizadas por María del Pópulo Pablo-Romero y María Teresa Otero, respectivamente.

Coincidiendo con las bodas de plata del gran año, en 2017, el historiador Jordi Canal de la Universidad Autónoma de Barcelona publicó el volumen “25 de Julio. La vuelta al mundo de España” inserto en la colección editada por Taurus dedicada a fechas clave en la historia de nuestro país y que en este caso versa sobre los Juegos Olímpicos de Barcelona.

En “1992. El año de España en el mundo”, Sanz López hace un recorrido cronológico en tres partes totalmente diferenciadas (gestación, desarrollo de los proyectos y repercusión de los mismos).

En lo referente a la Exposición Universal de Sevilla, el autor destaca la situación política de los países iberoamericanos en los últimos años ochenta, cuya participación en la muestra se antojaba obligada. Era comprensible, sobre todo, debido a episodios como la Revolución Sandinista, narcotráfico, o la reciente caída de las dictaduras del Cono Sur.

Gracias a los documentos usados por el joven investigador, procedentes del Archivo Central del Ministerio de la Presidencia del Gobierno (APG)  el autor demuestra que el auténtico golpe de timón de la diplomacia española fue atraer de forma decisiva a los principales países latinoamericanos con el fin de que formasen parte del BIE y de esta forma ejercer  una votación determinante a la hora de que Sevilla se hiciera finalmente con la cita de 1992.

La Exposición, asimismo, supuso un gran reflejo de la geopolítica mundial del momento y participaciones que se antojaban clave por su exitosa trayectoria en este tipo de certámenes, como la de Estados Unidos, dejaron mucho que desear debido a la pobreza de su arquitectura y contenido. Después de mucho tiempo, Rusia, tras la caída del Telón de Acero, concurría en un certamen como nación abierta a la democracia o países como Sudáfrica y las nuevas Repúblicas Bálticas mostraban al mundo lo mejor de sí mismos. Por contra, la participación de la Federación de Yugoslavia se vio seriamente afectada por el conflicto bélico una vez empezada la muestra.

En el capítulo dedicado a la gestación del proyecto olímpico de Barcelona, Sanz expone la importancia que tuvo la presidencia de Juan Antonio Samaranch en el Comité Olímpico Internacional en los años previos a 1992. El rol de Samaranch, de la misma forma en que lo fue el del insigne barón de Coubertin en los años veinte del pasado siglo para que París consiguiera ser sede de los Juegos de 1924, fue decisivo para que esta vez Barcelona celebrase los primeros Juegos Olímpicos españoles.

Los medios de comunicación, como bien muestra con rigurosas estadísticas el autor, fueron clave en los grandes eventos de 1992. Tanto en los Juegos Olímpicos de Barcelona como en la Exposición de Sevilla, la televisión rompió todo tipo de récords. Era el gran momento de los contratos televisivos y los Juegos se pudieron seguir a través de este medio desde los puntos más dispares del planeta. A su vez, en el certamen de Sevilla, se mostraba la televisión en alta definición. Retevisión tuvo pabellón propio y se contó con un medio televisivo oficial: Tele-Expo. Cabe señalar también que, en pabellones como el mexicano, Televisa contó con un flamante plató de televisión en sus instalaciones para retransmitir en el país azteca todo lo que acontecía en Expo’92.

En los capítulos finales, Sanz hace balance de las noticias aparecidas en la prensa internacional sobre los eventos españoles de 1992, aludiendo a diarios como The New York Times, Le Monde o The Japan Time. Afirma asimismo el empeño que hubo en analizar la imagen a nivel internacional que existía sobre nuestro país. Enterrando definitivamente tópicos pretéritos de viajero decimonónico como los de fiesta, flamenco y toros, el gobierno central logró demostrar que España era ya un país puntero y moderno, perteneciente a la Comunidad Económica Europea.

Otros acontecimientos analizados en el libro son la Cumbre Iberoamericana celebrada de julio del 92, la designación de Madrid como Capital de Cultura Europea, la creación del Instituto Cervantes o la Comisión Nacional V Centenario, que completaron este despliegue sin precedentes.

Es muy destacable la reflexión que hace Sanz López en las páginas finales donde compara dos grandes momentos en la relación entre España y América: los años 1898 y 1992. El primero de ellos es el año del desastre, el de la pérdida irremisible de los últimos territorios, eco de un orgulloso imperio lejano ya en el tiempo. El segundo, casi cien años después, el año de la armonía, de la conmemoración del encuentro entre dos mundos, del deseo de estrechar relaciones con los países latinoamericanos y, sobre todo, de la puesta en escena de un país totalmente modernizado.

Para la realización de esta tesis doctoral convertida en libro, ha sido fundamental la enorme labor de investigación que el autor ha hecho gracias a sus estancias en el extranjero. Muestra de ello es la documentación empleada de archivos como el General de la Nación en Ciudad de México (AGN) o numerosas referencias procedentes de hemeroteca internacional que, en muchos casos, aún no se encuentran digitalizadas.

Asimismo, el investigador ha llevado a cabo un extenso trabajo de campo en forma de entrevistas realizadas a personajes tan cruciales como Luis Yáñez, presidente para la Comisión Nacional V Centenario, Virgilio Zapatero, ministro de relaciones con las cortes en el gobierno de Felipe González o Narcís Serra, ex alcalde de Barcelona en los años de gestación del proyecto olímpico.

Indudablemente estamos ante una obra casi definitiva y de obligada referencia para todo aquel investigador cuyo campo de estudio tenga relación con los grandes eventos internacionales celebrados en nuestro país en aquel año dorado que fue 1992.

Juan Carlos García de Bock

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