Tal como sugiere el propio título del libro Historia del pensamiento marxista sobre la democracia, el libro de Ernesto Díaz Macías, trata de aproximarnos a la relación histórica entre el pensamiento marxista y la idea de democracia. El planteamiento es por tanto, tan interesante como necesario puesto que, cómo nos explica Enzo Traverso en su obra Melancolía de izquierda. Después de las utopías, el “derrumbe” de la URSS en 1989, arrastró consigo la “trayectoria histórica del propio socialismo. La historia entera del comunismo quedaba reducida a su dimensión totalitaria (…) tras haber ingresado al siglo XX como una promesa de liberación, el comunismo salió de él como un símbolo de alienación y opresión” (Traverso, 2016:38). Y es que, como plantea Díaz Macías, parece que la historia del pensamiento marxista, en este siglo XXI, ha quedado vinculada a una idea de fracaso, de ideología totalitaria contraria a un paradigma de “libertad” neoliberal que es la que actualmente impera y que, no del todo paradójicamente, tiende que a constreñir las libertades ciudadanas, como por ejemplo, las relativas al derecho a la protesta.
El libro de Díaz Macías es interesante en dos sentidos. Por un lado, demuestra la dimensión democrática de autores que formaron parte del pensamiento marxista, como Rosenberg, Luxemburgo, Lenin, Gramsci, Trosky o el propio Marx. En el libro se muestra cómo el modelo de toma de decisiones se basaba en un consenso amplio que había de representar a la mayor parte de las clases trabajadoras y como este modelo llegó hasta la década de los años 60 y 70 del siglo XX, donde desde la tradición marxista se “promovía la creación de espacios deliberativos y tomas de decisiones directas frente al elitismo competitivo de la democracia capitalista” (Díaz Macías, 2023: 40). Esto nos lleva a otro de los puntos de análisis importante del libro, el cuestionamiento del modelo de democracia mayoritario que en Europa “occidental” se ha ido constituyendo desde el inicio de la época contemporánea. En este sentido, el libro aborda cómo los referentes del pensamiento marxista han denunciado los límites y carencias de la democracia “burguesa” y del sistema liberal. Para esto, han comenzado advirtiendo sobre la falta de condiciones reales de igualdad y libertad entre la ciudadanía, cosa que limita y dificulta la expansión de una cultura verdaderamente democrática. Además, en las tesis de estos pensadores de tradición marxista se hacen críticas sobre la dimensión democrática del sistema liberal, en tanto en cuanto a sus vinculaciones con sistemas de opresión como el imperialismo y, entrado ya el siglo XX, con la amenaza que supuso el fascismo para la propia concepción democrática.
El libro, dedica una parte importante al análisis del sistema representativo que se crea en Rusia a partir de 1917 y cómo, el inicio de tomas de decisiones, basadas en los soviets, como ejemplo de “democracia socialista” queda relegado y da lugar a un modelo de “despotismo burocrático”, ejemplificado en el periodo de Stalin y su modelo de “transición autoritaria al socialismo”. El autor, dedica un capítulo entero del libro (el quinto) a identificar los espacios de análisis que configuran los diversos elementos que caracterizan la democracia y cómo se materializan en el caso soviético, así como a analizar las principales alternativas dentro de la esfera comunista, principalmente el Stalinismo, el Troskismo y el comunismo de izquierdas (capítulo 6).
Por último, el autor aborda el sistema democrático actual desde el pensamiento marxista. Lo hace, asumiendo el doble riesgo que puede suponer este análisis. Por un lado, considerar a la democracia representativa como una simple “falsa”. Por otro, entender esta como la “culminación de un desarrollo natural”, es decir, el fin de la “evolución” política y, de alguna manera, el sumun o máximo ejemplo del modelo posible de democracia. En este sentido, es interesante el análisis que hace el autor, centrado en los casos de Portugal y España, y cómo, en la década de los setenta, efectivamente se produce un cambio sustancial en el modelo político. Este cambio sin embargo, “apenas modificó el poder social y económico” proyectado de la dictadura anterior (para el caso español). El autor analiza los límites de este sistema de democracia representativa y parlamentaria, y el papel de los organismos internacionales y del propio neoliberalismo a la hora de condicionar (incluso devaluar) conceptos como libertad e igualdad, los cuales se desarrollan dentro de la propia lógica de mercado. Este análisis, lo concluye con la reflexión sobre la amenaza de la “nueva” extrema derecha mundial y cómo puede consolidar un modelo de democracia aún más limitante que la actual. En su análisis, el autor considera que la expansión de esta extrema derecha es el resultado, en parte, del neoliberalismo y “las relaciones sociales que ha generado este” (Díaz Macías, 2023:324).
Por tanto, en el conjunto la obra, no sólo sirve para cuestionar la idea extendida que vincula al marxismo y el autoritarismo, sino también para cuestionar los límites del modelo democrático “occidental” e incluso su posible devaluación en un futuro que ya parece actual.
Carlos Ángel Ordás García
Universitat de Lleida